Es una línea de dinero que otorga una institución financiera que permite afrontar emergencias, adquirir bienes de alto costo a través de mensualidades o bien evitar el uso de dinero en efectivo por cuestiones de seguridad.

Un error muy común es considerar que un crédito es dinero extra, cuando en realidad es una deuda a largo plazo que compromete los ingresos futuros. Por ello es muy importante tomar en cuenta los siguientes puntos:


  • Tener bien claro en qué se usará
  • Contar con la certidumbre de que se podrá pagar
  • Determinar la capacidad de endeudamiento


Lo ideal es adquirir un crédito para crear patrimonio, invertir en algún negocio o hacer frente a una emergencia.
En el mercado es posible encontrar diferentes tipos de préstamos. Los más comunes son:

  • De consumo
  • Empresarial
  • Hipotecario
  • Automotriz

Las instituciones financieras están obligadas a presentar la información necesaria para poder comparar los productos que ofrecen. Por lo tanto, a la hora de adquirir un préstamo es importante conocer:



CAT:
el Costo Anual Total indica, al reunir los elementos que determinan el costo del crédito (como tasa de interés, comisiones, seguros, etc.), qué tan caro resultará el crédito y permite compararlo con los productos ofrecidos por otras instituciones. Mientras mayor sea el CAT, el crédito será más caro.
Tasa de interés:
es el porcentaje del crédito que se pagará periódicamente. Es fundamental tener bien presente la periodicidad en la que está expresado: semanal, mensual, anual, etc.
Comisiones: 
estos cobros los realiza la institución financiera con el fin de cubrir los gastos administrativos derivados del crédito.

La importancia de los créditos consiste en saber aprovecharlos y manejarlos para que se conviertan en una gran oportunidad para crear patrimonio, emprender un negocio o lograr alguna meta.