Invertir es una muy buena manera de obtener ganancias y así poder cumplir diferentes metas en el mediano y largo plazo. Por fortuna no es necesario comenzar con grandes sumas, lo principal es poseer una cuenta en alguna institución financiera autorizada.

Existen algunas opciones para poner en práctica la inversión, como contratar productos financieros o fondos de inversión, adquirir bienes raíces, emprender un negocio propio, entre otros.

Antes de decidirse por alguna es importante tomar en cuenta algunas consideraciones:


  1. Identificar los diferentes instrumentos que hay en el mercado
  2. Comparar los productos que ofrecen las diferentes instituciones financieras
  3. Buscar más de una opción ya que, para disminuir los riesgos, es recomendable diversificar las inversiones
  4. Estar consciente de que el dinero invertido no estará disponible durante el plazo acordado
  5. Tolerancia al riesgo, los productos financieros ofrecen tasas de rendimiento muy competitivas cuando el riesgo es alto, los productos financieros conservadores en riesgo, ofrecen una tasa de interés moderada.

Los productos financieros son de dos tipos: instrumentos financieros de renta variable e instrumentos financieros de deuda. La diferencia entre uno y otro es que en los de renta variable se desconoce el rendimiento que se generará al final del plazo elegido; en cambio, en los instrumentos financieros de deuda se tiene certidumbre sobre cuál será el rendimiento. La ventaja de estos tipos de productos es que están garantizados por el gobierno federal o municipal que los emite, por lo que implica un riesgo bajo y ofrecen la facilidad para disponer del dinero invertido. Entre los instrumentos financieros de deuda se encuentran los Certificados de la Tesorería (CETES), Bondes, Pagarés con Rendimiento Liquidable al Vencimiento.

Para más información consulte: Banco de México